El caballo catalán es una raza española actualmente extinta. Perteneciente al grupo de la raza ibérica, da a lugar a otras razas que en la actualidad permanecen intactas: el mallorquín y el menorquín. Aunque no existe en su versión de pura raza, su genética se ha diseminado en otras especies producto de algunos cruces.
Estos nuevos ejemplares, han conservado algunas de las características más prominentes de los equinos de origen catalán, lo que los ha hecho ser considerados como posible especímenes de prueba para la recuperación de la extinta raza.
Origen del Caballo catalán
Tabla de Contenidos
Este ejemplar originario de Cataluña, territorio español, es considerado un tipo de caballo ibérico, ya que solía habitar el sur de la península Ibérica. No se conoce mucho de su pasado, pero si se sabe que hacía siglos que caminaba sobre la tierra. Se encontraba relacionado con los caballos mallorquines y menorquines.
Durante el transcurrir del siglo, su supervivencia se vio amenazada, provocando que el número de especímenes disminuyera radicalmente, generando preocupación. Sin embargo, en el primer tercio del siglo, se dio a conocer que ya no existía ningún ejemplar vivo de la raza, declarando oficialmente su extinción.
Esto se produjo no solo debido a la acción humana sobre los terrenos donde habitaban las manadas. El hecho que estos se cruzaran con otras especies, conllevó a que dejara de reproducirse con otros catalanes, creando nuevos especímenes y reduciendo de a poco el número de ejemplares de raza pura.
Tras confirmarse que ya no existía ningún caballo con vida, lo único que quedó para la posteridad, fueron otras especies que se encontraban emparentados con este, y que se consideraban útiles para recuperar a los extintos caballos catalanes.
Crianza
El caballo catalán fue declarado extinto durante el siglo XX. Pero aun así, grupos y asociaciones se han dedicado a tratar de recuperar esta estirpe. Para lograrlo, se han utilizado especies equinas que conservan características originarias de la raza catalana, para criarlos en cautiverio y reservas, que permitan la prolongación de su existencia.
Se escogen las yeguas y los caballos que se consideran más óptimas para reproducción. Son separados del resto de su manada para que puede cruzarse con una pareja ideal, que prometa una cría lo más cercana a un caballo catalán. Se someten a dietas ricas en nutrientes, que permitan ejemplares que cursen una excelente salud. Además, se añade un programa de vacunación, previniendo cualquier enfermedad. Sin embargo, no se asegura que se logre producir una cría totalmente parecida a la raza extinta.
Comportamiento del Caballo catalán
Cuando se habla del caballo catalán, se recuerda un espécimen dócil, que fácilmente se relaciona con las personas, pero que a la vez, logra establecer vínculos con otras especies sin problema. Al formar parte de la clase ibérica, le otorga ciertas características propias de estos, destacándose un porte fuerte y firme. A simple vista, se observaba un cuerpo robusto y rústico, que probablemente favorecía su resistencia.
Utilidad
Como muchos caballos en la época, el caballo catalán fue de gran ayuda en tiempo de guerra. Al ser robusto, se consideraba un espécimen de gran resistencia, lo que le dio un lugar en las tropas. Pero también se utilizó para otras labores, donde fácilmente se podía aprovechar su fuerza. Las actividades en el campo, era uno de sus principales usos, además de tirar de carretas y carruajes.
En algún momento en el pasado, formó parte de actividades deportivas, destacándose en las carreras. Pero en la actualidad, las razas que descienden de él, han sido aprovechadas en más actividades. A nivel deportivo, la equitación logra considerarse como uno de los usos principales que se le han dado. También han sido protagonista en terapias médicas para el tratamiento de afecciones de ciertos pacientes.